Siempre he pensado que el
origami es mágico y que cada cosa hecha con el da para mucho. Es increíble como
estos últimos meses me han dado la posibilidad de crear obras más grandes, con más
colores y lo mejor de todo que se puede disfrutar por más personas, he creado
instalaciones que llenan espacios de color pero que me han dado la posibilidad
de tomar por sorpresa a transeúntes o a usuarios de lugares que sin previo
aviso han llenado sus almas de pliegues con mis figuras.
El arte no es un
capricho, es una necesidad, una manera de expresión, un método de romance en el
que te vas enamorando y vas enamorando a quien te mira o te sigue, el arte es
una pero sus expresiones son infinitas como el amor mismo.
Me pierdo entre mis
colores y en un confín de historias creo mis obras que son de a poco origamis
en instalaciones donde los colores juegan con las pupilas y al final del día es
el observador quien decide si se deja enamorar.
Aquí una humilde
instalación que ha sido para mí el
inicio de lo que espero sean muchas más.
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